"LAN(d)-Party" es una video-instalación que reflexiona sobre la transformación de internet desde sus inicios como una red comunitaria y libre hasta convertirse en una "hiperrealidad" privatizada y altamente adictiva. Inspirada en las LAN Parties de los años 90, donde los geeks, se reunían físicamente para jugar a videojuegos en línea como el Doom, Quake, Unreal Tournament, mediante una red LAN, mientras centenares de latas de Mountain Dew se drenaban. También fueron espacios para compartir conocimientos de hacking, hacer bricolaje informático o descargar contenido. Fue el germen de internet y permitió la mejora colectiva de la tecnología. La obra expone cómo esta red de colaboración dio paso a una estructura perversa que capitaliza nuestra atención y nos convierte en piezas de un sistema mucho más grande.
La parte formal de la video-instalación, compuesta por cuatro escritorios rodeando a un servidor, es "totémica" y pone el acento en la relación entre Cuerpo-máquina. La imposibilidad de utilizar el "smart-finger" en un Windows 95, un vestigio tecnológico "proto", sueño de IBM: la creación de un ordenador personal que facilitaría el trabajo en las oficinas yuppies de los noventa.
A principios de los 2000 Yahoo pagó a muchos padres para que subieran contenido de sus bebés a internet, ya detectaron que el contenido de estos videos incrementaba considerablemente el tráfico. Hoy en día se sabe que plataformas como Tik Tok, Instagram o X (antes Twitter) inducen en el feed videos de gatitos cuando los ánimos están candentes. Vivir el mundo a través de intermediarios funciona.
El internet que conocemos hoy en día exige una participación cuasi "obrera" del usuario. Cada uno de nosotros participa en esta red como si fuéramos nodos o neuronas de una red colectiva en constante expansión. En la medida en que la máquina es alimentada/entrenada, es posible que nos sirva mejor; sin embargo eso genera dinámicas ambiguas sobre la relación jerárquica de "siervo-amo" "humano-máquina". Cada clic, cada contenido compartido y cada interacción alimenta los algoritmos que guían nuestras experiencias digitales, moldeando así nuestra identidad como "objetos políticos". En este entorno, nuestras elecciones de consumo, las emociones que expresamos y el contenido que generamos no solo reflejan nuestras pulsiones individuales, sino que también, participan en narrativas globales que definen tendencias de rápida asimilación y fuga. En medio de este "doom-scrolling", surgen corrientes ideológicas muy polarizadas, que si tienen impacto político, y que parten a menudo de contenido no veraz y muy viral (" fake news", "teorías conspirativas" "prensa amateur"), pero que en apariencia "está bien contado".
Este proceso es diseccionado en la obra a través de cuatro categorías de consumo que capturan nuestras pulsiones:
Aspiracional: La búsqueda de estatus, belleza y éxito. (GRWM, ostentación de riqueza, sexualización, persecución de ideales inalcanzables)
Soma: Contenidos que nos hacen segregar oxitocina y nos apaciguan, a través de la ternura o el placer audiovisual, como gatitos o ASMR.
Sobrenatural: Teorías conspirativas, UFOs, fenómenos paranormales o nuevas creencias religiosas que tratan de cuestionar la realidad hegemónica.
Violencia: Imágenes de guerra y brutalidad que movilizan la acción politica y la opinión pública. (Gaza, Black lives matter...)
La obra revela cómo internet, al principio visto como el último bastión de la libertad, ha evolucionado hacia una estructura que explota nuestras emociones para mantenernos conectados y activos. Nuestra “atención”, a menudo pasiva, es el recurso más valioso y monetizable, y nuestra participación constante, refuerza una red que se autoorganiza y se retroalimenta. Cada acción digital contribuye a la construcción de una identidad colectiva, una red de individuos que, consciente o inconscientemente, están implicados en una constante re-configuración política y social.
"LAN(d)-Party" es una radiografía crítica que nos invita a cuestionar el papel que jugamos en esta red y reflexionar si aún es posible recuperar una conexión más auténtica, menos dominada por las lógicas del algoritmo y la hiper-producción de contenido. Un internet genuino, mas libre y descapitalizado!



















